Andrés Smerkin

Tres semanas de meditación

26/06/2021

Ya son tres semanas de meditar 30 minutes en la mañana, todos los días. Como repaso:

Todos los días me levanto, hago el proceso habitual de bañarme, lavarme los dientes, etc. Busco un lugar para meditar y arranco con mi meditación luego de resolver aquellas tareas inmediatas e impostergables, como llevar a mi hija a la escuela. No miro el teléfono celular salvo para ver la hora o alguna cuestión sumamente importante. Nada de notificaciones hasta después de meditar.

Es increible el nivel de tranquilidad y de paz mental que he conseguido hasta ahora. Temas por los que siempre me he preocupado, ahora me parecen vanales y sencillos. Y los temas que no son sencillos, ya no los veo como "sin solución", sino que el primer paso es siempre un "manos a la obra".

Ademas ahora siento que necesito menos. Que mi cuerpo necesita menos. Que puedo vivir con menos. Tengo menos impulsos y los que tengo son más débiles, o sea que los puedo ver y manejar mejor. No me dan "ganas" de tomarme una Coca, sino que con agua estoy bien (puede parecer un ejemplo tonto, pero para mí significa mucho).

Ahora hay aceptación. He dejado de intentar cambiar cosas que no puedo o que se que no van a cambiar. Y mi punto de vista pasó de ser algo como

Esto tiene que ser así.

a algo como

y bueno, es de esta forma. Aprenderé a convivir con ello.

También puedo apreciar más las pequeñeces de la vida. Una cama cómoda, una ducha caliente. La comida. Un momento en familia. El mundo no ha cambiado. Soy yo el que estoy percibiendo de una manera diferente.

No es que nunca había meditado antes. Lo había hecho. Lo diferente es que ahora lo estoy haciendo más tiempo y de manera super consistente. Y es en este punto en donde se nota la diferencia.

La meditación me está ayudando a vivir mi vida de una manera menos juiciosa, más despreocupada, sin tanta atención a lo bueno, lo malo, los deberia. A vivir sin sobrecargarme ni abrumarme por mis pendientes. A entender que las otras personas viven su proceso y a dejarlo ser. A no tratar de controlar la situación, sino aceptarla tal y como es, y convivir con ella. Y todo esto para mí significa mayor independencia interna, porque vivo sin apegarme a las situaciones o a mi entorno.